Julio Ricardo Zuna Cossío
La autoayuda apareció en el escenario literario como un balde de agua fría para los lectores con criterio, porque el lenguaje que usan estos libros (si se los puede calificar así) no tiene complejidad alguna que intrigue al lector y no permite sumergirse en la lectura sin remordimientos, pero para las editoriales estos best séller son un respiro de alivio no por el seudomensaje positivo que tienen, sino por las cuantiosas ganancias que generan.
No me considero un crítico literario, pero cualquier persona con un mínimo de razón entendería la diferencia que existe entre escritores de autoayuda como Paulo Coelho, Miguel Ángel Cornejo o Carlos Cuauhtémoc, con los verdaderos escritores como Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges o Julio Cortázar.
Los escritores de autoayuda transformaron de forma despiadada el libro en un producto debido a la avaricia que los corrompió. Prostituyeron las letras para vender más ejemplares, se olvidaron que escribir es un acto sagrado y que los lectores no son consumidores, sino seres humanos pensantes. Estos ‘dizque escritores’, aplaudidos por un público sin criterio, venden su trilogía amor-felicidad-prosperidad. Y además todo esto se puede conseguir cómodamente con el toque de la varita mágica, que sacrifica la congruencia global en el contenido del texto.
Alguien dijo alguna vez: “Dejar a los escritores de autoayuda con un lápiz y un papel es como dejar a un psicópata con un arma cargada sobre la mesa: el resultado en ambos casos siempre será fatal.”
Leer transforma a los hombres en seres humanos, no en bestias consumidoras. Estos depredadores de lectores del siglo XXI usan un lenguaje tan simplista, que hasta el mismo Cervantes se debe estar revolcando en su tumba. Además de este lenguaje, que es una ofensa para cualquier mente, nos vienen a dar recetas de cómo hacer las cosas en nuestra vida, destruyendo el argumento del libro con cada frase, haciéndoles creer a sus lectores que son verdaderos filósofos de la vida. Si fueran libros profundos, complejos literariamente, con ideas serias y bien elaboradas, el público no los compraría porque las masas tienen otro tipo de gustos.
En los colegios, las lecturas han dado un giro escalofriante ya que sólo se lee este producto literario que no enriquece el léxico del estudiante. Suplico a los profesores que hagan leer a sus estudiantes buena literatura, empezando por la cruceña, que no tiene nada que envidiarle a la extranjera.
“Piensen dos veces antes de leer autoayuda”, ésa debería ser la advertencia incluida en esos libros. El ‘mal de la autoayuda’ es fácil de superar si seleccionamos mejor nuestras lecturas y, sobre todo, si sacamos a pasear nuestra inteligencia, aunque sea sólo los domingos.
Lunes 3 de Octubre del 2005, Diario Mayor El Deber
lunes, octubre 03, 2005
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7 comentarios:
totalmente de acuerdo!
Comparto totalmente tu opinión sobre este tipo de libros, especialmente debido a que engañan al público con un lenguaje sencillo y fácil de comprender pero que, por lo general, tiene un contenido muy vago.
Lo que no comparto es tu intolerancia, ya que pienso que cada quien es libre de leer lo que más guste o entienda.
bien dicho! los que leen superación personal es porque en ello buscan cómo llegar a ser personas éxito en la vida...lo cual denota cuál es el estado del que parten (fracasados)... bue, a falta de un revólver qué mejor que un libro de coelho!
Comparto en parte tu publicación. Las lecturas de autoayuda utilizan lenguaje fácil pero motivan bastante a todo tipo de lectores, inclusive a muchos jovencitos que están viviendo otros paradigmas, otras culturas y formas de aprender y vivir diferentes a la que teníamos hace unos 10 años o antes.
Creo que estás satanizando demasiado a este tipo de escritura sin ver las cosas muy buenas que pueden tener estas obras:
No olvidar que para escribir estos libros (textos, artículos, publicaciones o como quieran llamarlos no importa), los autores se pasan muchas horas de lecturas, análisis de mucha información, experiencias, etc. Lo peor y más cómodo sería no escribir nada como muchas personas.
Estos libros carecen de profundidad en muchos casos, pero tienen una cualidad que no tiene otro tipo de obras: La lectura motivadora. Se de muchos jóvenes que han cambiado toda su vida leyendo este tipo de obras. Yo soy uno de ellos y no me lo van a cotar.
De que tiene sus efectos negativos es verdad, como también lo han tenido los grandes inventos científicos-tecnológicos (medicamentos, teléfono, televisión, internet,...).
Mucha gente se ha enriquecido con esto, se ha pervertido, se ha enviciado, PERO TAMBIEN LA MAYOR PARTE SE HA BENEFICIADO.
Además la tendencia es ahora escribir y publicar sus ideas, conocimientos y experiencias al mundo para TRATAR DE CONTRIBUIR en lo que se pueda al desarrollo de la humanidad (Los blog son un ejemplo vivo de ello). El formalismo o base literaria de estas publicaciones pasan a segundo plano, lo que importa es el beneficio de ello.
Creo que como toda ola de cambios tiene su reacción, este artículo es uno de ellos y quizás no lo entiendes muy positivo porque estás con un paradigma antiguo sobre la literatura.
Estimado esto es una humilde opinión mía que aunque NO soy crítico literario quiero aportar con algo sobre el tema.
Saludos Wilmer Campos. http://midocente.perbol.com
1.- Usuario anónimo: No es intolerancia es un simple punto de vista.
2.- undiary: Al parecer tu si sabes de literatura.
3.- Wilmer Campos: La prensa me critico por mi critica y se genero una pequeña polémica, pero como lo dije en mi articulo no censurado: “las masas no tienen buen gusto”. Con esto no trato de ofender a nadie pero es la triste realidad.
Saludos, Masaco
Entren a www.cielolatini.blogspot.com
Vean.
Absolutamente de acuerdo con vos, querido masaco.
PD: Un gustazo haberte conocido en el encuentro bloguero. Un abrazo: Javier
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