a la hora de cerrar,
saco la basura acumulada
durante todo el día,
la dejo en una esquina
y allí la recoge el camión
que la tritura
y la lleva al vertedero.
Hoy, esta noche,
en este poema
intentaré hacer lo mismo,
dejar toda la basura
abandonada
en un rincón
y quedar limpio de ella.
Si alguien sabe
qué hacer con ella
o como destruirla
que se la lleve,
son cosas que no guardo
ni para mí mismo.
Javier Das, Inédito