sábado, marzo 22, 2008

Que el olvido no los sepulte

TERTULIADOR >> DESDE EL MOJÓN DE LA ESQUINA

Muy joven llegó hasta la cálida ciudad capital nuestra.
Cargaba significativo bagaje.
Su juventud, en primer lugar.
Y con la juventud, su fuerza.
Esa fuerza que, notoriamente, era tanto espiritual como física.
Portaba, asimismo, su flamante título de maestro normalista.
Su severidad, por otro lado, era buen ingrediente considerando que nunca hizo mal uso de este atributo.

Con el título de maestro, se incorporó en el linajudo colegio Obispo Santistevan.
Por ese entonces, el citado colegio era más conocido con el nombre de Seminario a secas.
Allí hizo sus primeras armas en el apostolado de la docencia.
Este es un rápido perfil del profesor Ricardo Zuna Rico.

Era oriundo de ese Oruro que ha sido cuna de tanta gente de bien.
El profesor Zuna, con disciplina y sobrada idoneidad, fue asignado a los cursos superiores del Seminario, del que llegó a ser su director.
E hizo excelente siembra entre sus alumnos que sin duda suman millares aún hoy a pesar del tiempo que ha corrido.

El profesor Zuna, con legítimas aspiraciones, hizo igualmente la carrera de Contador General, destacándose también, como catedrático de la Universidad Gabriel René Moreno.
Y ejerció, asimismo, esta profesión.

Fue, por otro lado, un activo servidor de instituciones sociales.
Revistó en el Rotary Club y su participación en el ámbito rotario fue efectiva y ejercida con incuestionable sensibilidad social.

Ninguno de sus logros consiguió arrancarlo de su modestia.
Profesor con espíritu y fuerza.
Contable de absoluta confiabilidad.
Una memoria a la que hay que dedicar nota delicada de admiración.

Publicado en el Diario Mayor El Deber, Santa Cruz 22/03/2008